Un momento por el que todos pasamos, al menos una vez al año, es la visita al veterinario con nuestro gato. Para la gran mayoría de nuestros ronroneadores ésta no es una experiencia agradable, aunque lo hacemos por su bien. Pero, ¿sabéis qué? Hoy queremos daros una serie de consejos que os harán más fácil la visita de vuestro gato al veterinario. 

Como ya sabéis, la semana pasada tuvimos la oportunidad de asistir a la rueda de prensa que ofreció Royal Canin con motivo del lanzamiento de la campaña “Lleva a tu gato al veterinario. La curiosidad salvó al gato”, cuyo objetivo es concienciar sobre la importancia de llevar a nuestros gatos al veterinario. Casualidades de la vida, Mini y Grey tenían cita para este sábado pasado en nuestro veterinario de confianza, y con los consejos que recibimos ese día, logramos que la experiencia fuera un poco más agradable para ellos.

Lo primero que hay que tener en cuenta es el viaje hasta la clínica veterinaria, tenemos que conseguir que nuestros gatos se sientan cómodos y seguros. El transportin es un elemento muy importante que debe reunir las características necesarias según la personalidad de nuestro gatito. El transportín de Grey es parecido a un bolso, acolchado y solo se abre por la parte delantera, pero él no tiene ningún problema para entrar, de hecho antes de salir de casa ya está dentro esperando, pero lo suyo no es normal… En cambio, Mini no entra sola por delante y para ella tenemos un transportin rígido que se abre por la parte delantera y por la superior, que es por donde nosotros la hacemos entrar y también es mejor para sacarla a la hora de la exploración. Hay que tener en cuenta que nuestras mascotas también deben ir cómodas; nosotros les ponemos una mantita, que además de estar blandita tiene nuestro olor, un olor familiar que les hace estar más tranquilos. Por otra parte, para hacer que el transportin sea algo familiar para ellos, un truco es integrarlo y tenerlo en casa como un elemento más de juego, de manera que pueden entrar y salir de él como si de una casita más se tratase.

Una vez ya hemos conseguido que nuestros gatos estén dentro del transportin y estemos dispuestos a salir de casa, si vamos a llevarlos en coche no tenemos que sacarlos. Debemos colocar el transportin en el reposapiés de detrás del asiento delantero o con el cinturón de seguridad. Algo que hacemos con Mini y Grey para que estén más tranquilos es tapar el transportin con una manta para que no vean muchas luces y no se asusten. Recordad que es importante conducir despacio, si no irán de un lado para otro y entonces la experiencia no será nada agradable, incluso se podrían marear. Para que estén tranquilos y relajados evitamos poner la radio o poner el volumen muy alto. Lo que sí que hacemos es ir hablándoles, nuestra voz les hace sentirse más tranquilos y por lo tanto, más seguros. En el caso de que vayamos andando tenemos que tener cuidado de no zarandear ni chocarlos contra nuestra piernas.

Cuando llegamos a la clínica San Fernando en Villarreal, durante la espera, tratamos de colocar la puerta del transportin mirando hacia nosotros para evitar que se les acerquen otras mascotas y así estén más tranquilos. Grey tuvo una mala experiencia en su primera visita al veterinario por no tener esto en cuenta… De hecho, en esta otra visita nos ha vuelto a pasar que un dueño de un perro lo cogió al brazo y lo intentó acercar a Mini y yo, educadamente, le tuve que explicar que eso podía causar un trauma a la gatita, que por favor no lo acercase. Por supuesto lo entendió.

Esta vez fuimos para ponerles la vacuna de la rabia, pues como muchos sabréis, en la Comunidad Valenciana es obligatoria. Atilano, el veterinario de Mini y Grey llevó a cabo la revisión anual: exploró sus dientes, sus cuerpecitos, valoró su peso, echó un vistazo a sus dientes, etc. Aunque pensábamos que Grey estaba un poco por encima de su peso y que como tal nos lo comentaría el veterinario, pues bien, nos dijo que no era para tanto. ¡Mucho mejor! Yo creo que lo asusté tanto que esperaba un gato gigante. Una vez allí, tanto Mini como Grey fueron desparasitados por dentro y por fuera. A Mini no pudimos darle la pastilla porque se ponía nerviosa, así que optamos por comprar una pipeta que sirve para desparasitar tanto por dentro como por fuera y se la pusimos en casa. Con Grey no hubo problemas, ¡se deja hacer de todo! Por cierto, no olvidéis que es obligatorio desparasitar a vuestros gatos cada 3 meses, salgan o no al jardín. Otro consejo que nunca falla es acariciarlos mientras el veterinario los explora.

Una vez salimos del veterinario, todos contentos porque Mini y Grey estaban perfectos, volvimos a subir al coche para volver a casa. Os interesará saber que la vuelta forma parte de la experiencia de la visita al veterinario, así que debéis tener en cuenta los mismos consejos que os hemos ido dando para la ida.

Si tenéis varios gatos y solo os habéis llevado a uno de ellos al veterinario, debéis dejarlo un rato en el transportin para ver la reacción de los otros. Si la reacción es normal podéis soltarlo, de lo contrario, debéis mantener al gato en un sitio diferente durante 24 horas, ya que el gato trae olores de la clínica, así que hay que esperar a que adopte un olor más familiar. Nosotros nunca hemos tenido problemas en este sentido, de hecho, cuando hemos llevado a Grey y no a Mini su reacción al recibirlo en casa es darle besitos y limpiarlo.

Con todo esto conseguiréis que la visita al veterinario no sea un mal trago para vuestros gatos, con Mini y Grey ya lo estamos consiguiendo. Nos encantaría conocer vuestras experiencias en el veterinario con vuestros gatitos. ¡Contadnos, contadnos!

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