Sabemos que las plantas son un elemento necesario para cualquier tipo de decoración, ya que por su belleza son capaces de mejorar los ambientes y darnos mayor bienestar. Sin embargo, los que tenemos un gato en casa debemos saber que algunas plantas o sus partes como la corteza, hojas, semillas, bayas, raíces o tubérculos podrían ser muy perjudiciales para nuestro ronroneador. En este post os hablamos de algunas de las plantas venenosas para los gatos, con el fin de que evitéis tenerlas en vuestro jardín si vuestro ronroneador sale al exterior o dentro de casa al alcance del gato.
Los gatos son animales curiosos por naturaleza, siempre preparados para explorar cada nuevo elemento de nuestro hogar o de nuestro jardín. Precisamente esta cualidad de los mininos es la que en ocasiones los pone en peligro. Por ese motivo es necesario tener precaución con el fin de mantener seguros a nuestros felinos en casa, alejándolos de elementos tóxicos para ellos, como es el caso de algunas plantas.
- La flor de pascua es muy típica en Navidad, pero debes saber que resulta venenosa para los mininos. Por ello debes evitar que la mordisquee o que se la coma, ya que podría producirle irritaciones en su piel y ojos, ampollas, diarrea, vómitos, etc. ¡Mantenla fuera de su alcance!
- Plantas aromáticas como el eucalipto, pueden encontrarse en zonas abiertas, por lo que el mayor peligro lo encontramos si tu gato sale solo al exterior o si lo sueles sacar de paseo. En caso de comer eucalipto el gato podría tener exceso de salivación, vómitos, etc. Lo mismo ocurre con la marihuana que como todos sabemos tiene claros efectos en los humanos, por lo que puede afectar también a la coordinación de nuestro minino, así como producirle convulsiones, taquicardias e incluso hacerlo entrar en coma en los casos más extremos.
- Las semillas de algunas frutas son altamente tóxicas para los gatos, causando problemas en la vista, alteraciones en la respiración y dilatación de las pupilas. Ten especial cuidado con las semillas de la manzana y del albaricoque.
- La palmera sagú es una planta muy común en jardines y aunque normalmente no es apetecible para los gatos, hay que saber que puede dañar a nuestra mascota, perjudicando su digestión y su hígado.
- Hay plantas bonitas y con flores atractivas muy comunes en casa como los tulipanes, la azalea o las begonias, todas ellas peligrosas para los gatos. En el caso del tulipán es el bulbo lo que resulta dañino.
- Otro caso es el de las plantas verdes como la hiedra, cuyos frutos son extremamente dañinos para el felino, de hecho, si el animal roza la planta puede presentar dermatitis, erupciones y ampollas. Si la consume los síntomas son los típicos que ya hemos comentado con anterioridad: diarrea, vómitos, fiebre, malestar general, espasmos, disminución o aumento del ritmo cardíaco y, en casos más extremos, puede producir un coma y la muerte. Lo mismo ocurre con la difenbaquia, pues en su interior circula látex muy tóxico.
- La lista de plantas o flores venenosas para nuestro gato es más larga, por eso os dejamos algunas más que debes conocer, para evitar el contacto de tu felino con las mismas: Filodendro (y todas las plantas del género Philodendron), Crotón, Acebo, Adelfa, Crisantemo, Ricino, Azalea y Rododendro, Dieffenbachia, Yuca, Muérdago, Cala, Narciso, Lirio, Ciclamen, Amarillis (y todas las plantas bulbosas en general), Jacinto, Sansevieria o Lengua de tigre, Eléboro, Azafrán,Hortensia, Geranio, Costilla de Adán, Espatifilo.
Ten en cuenta que según la especie de la planta, una sobredosis podría ocasionar la muerte de nuestro gato, pero lo más común es que se quede en una intoxicación que puede solucionarse con una rápida actuación y un buen tratamiento, pero como siempre decimos «más vale prevenir que curar». Si observas cualquier síntoma extraño en la salud de tu gato como trastornos gastrointestinales, cardíacos, del sistema nervioso, asfixia, problemas cutáneos, dificultad para respirar o tragar, salivación excesiva, fiebre… no dudes en acudir rápidamente a tu veterinario de confianza.
Nosotros seguimos una premisa básica y es que Mini sólo sale al jardín cuando estamos nosotros delante, de modo que podemos observar cada uno de sus movimientos, evitando que esté en contacto con cualquiera de las plantas que sabemos que podrían ser perjudiciales para ella. Además ella solamente quiere salir para que le dé el solecito y a veces dar algún mordisquito al césped o a su hierba gatuna.