¿Sabías que los gatos necesitan que se les corten las uñas de manera regular? Si eres de los que no le ha cortado nunca las uñas a su gato bien por desconocimiento o bien por miedo, hoy te damos una serie de consejos. ¡Verás qué fácil es cortarle las uñas en casa!
Como a los humanos, a los gatos les crecen las uñas constantemente, además de las capas externas que ellos mismos se quitan afilándolas en su rascador (o lo que encuentren). Cuando Mini era pequeña teníamos clarísimo que nunca la operaríamos para cortarle las uñas, pues es una operación espantosa (desungulación definitiva) que no recomendamos a nadie y que por suerte cada vez está prohibida en más sitios por considerarse una amputación de la última falange del dedo del gato. ¡Horrible, duele de leerlo, lo sabemos, sorry! En esta operación se les quitan las uñas para siempre pero dejamos al gato desprotegido, en ocasiones deriva en cojera y otros problemas. Así que, por favor, que ni se os ocurra optar por esta operación.
Entendemos que no quieres que el gato arañe nada de casa ni que te haga daño, pero es suficiente con cortarle las uñas una vez por semana aproximadamente, o cuando tú veas que ya las tiene bastante largas. A Mini se las cortamos una vez al mes, más o menos. ¿Cómo lo hacemos? Es muy fácil, especialmente si lo acostumbras desde pequeño, aunque con Mini empezamos de mayorcita. Al principio se lo hacía el veterinario y luego ya nos atrevimos nosotros. ¡Es muy fácil!
- Siempre lo hacemos cuando está relajada, tumbada o adormilada y en un momento de tranquilidad. Nunca la perseguimos por casa ni la cogemos en contra de su voluntad, sino que esperamos el momento adecuado. El gato debe estar cómodo y debes intentar que no se te escape a la primera de cambio. Lo ideal es cuando está tumbada sobre nosotros, pero si está simplemente descansando en un sofá, nos acercamos de frente, la acariciamos y le vamos tocando las patitas con amor. Siempre empezamos primero con las de delante, ya que son las que más le crecen y las que menos le molesta que le cortemos.
- Cogemos nuestro pequeño cortauñas especial para gatos, con la punta redonda, con el mango antideslizante y hojas de acero inoxidable. Puedes conseguir un buen cortauñas para gatos en Zooplus. Con este cortauñas sabemos que es difícil hacerle daño y que no hay que hacer demasiada fuerza para cortar.
- Cogemos la patita y apretamos ligeramente sus uñas. Debes saber que las uñas del gato son retráctiles (salen y se esconden voluntariamente). De esta manera, cuando sacamos sus uñas, las observamos de cerca, ya que solamente debemos cortar la puntita. Nunca tenemos que llegar a la parte rosada donde están las venitas, pues podríamos hacerle daño e incluso sangrado. Es mejor que le cortes de menos que de más.
- Nos armamos de paciencia, aunque cada vez se deja más, en ocasiones no le apetece y es necesario hacer pausas entre una patita y otra. Primero le cortamos las de delante y luego las de detrás, para las cuáles a veces sí que hay que sujetarla un pelín. Verás que cuanta más práctica tengas tú y más acostumbrado esté tu gato, el proceso será más sencillo y rápido. Acabamos siempre dándole algún premio, de los que más le gustan, de manera que asocie ese momento de manicura a sus chucherías, con refuerzo positivo.
- Advertencia: te puedes llevar algún pequeño mordisquito de esos cariñosos que nos dan nuestros peludos.
Te aconsejamos que cortes las uñas de tu gato de manera periódica, ya que no le duele ni lo maltratas por hacerlo. De hecho, lo que les molesta es tenerlas demasiado largas, es entonces cuando empiezan a rascarse en cualquier lugar que les plazca. Así que le haces un favor a tu minino en cada sesión de manicura gatuna que le dedicas, evitando que se le partan o se le rompan las uñas y evitando que se afile a diestro y siniestro con tus muebles. No olvides que el gato debe tener su propio rascador, aunque le cortes las uñas regularmente, él necesita afilarse y rascarse cuando le plazca para arreglárselas a su manera.