Descripción
Buscas a tu gato por toda la casa y no lo encuentras. Los minutos parecen horas, le llamas de todas las formas habidas y por haber y nada. El corazón se te va a salir. Sabes que no ha podido salir pero por un momento lo dudas. Sacas sus chucherías preferidas y nada. Y de repente, aparece una cabecita del lugar menos esperado, donde crees haber mirado hace unos instantes. Y sale él, tan tranquilo.